viernes, 24 de enero de 2014

El terrero.

Creí conveniente retirarme y así protegerme en el establo de la burra, pero la voz de mi abuelo me detuvo a mitad del camino: "Trabajo que se empieza, se termina, la lluvia moja, pero no parte los huesos". Era cierto. Volví a empujar la horqueta y, sin prisas, sin precipitaciones, termine la tarea, estaba chorreado pero feliz.

Libro: Las Pequeñas memorias.
Autor: Jose Saramago.